Días sin buitres

Este poemario se escribió entre los últimos días de noviembre de dos mil veintidós y los primeros días de enero de dos mil veinticuatro.
¿Que qué queda del hombre del dos mil veintidós en el dos mil veinticuatro? Supongo que tan solo la carne bajo la ropa o el vacío que deja el vacío mismo al desaparecer.
Podría seguir con metáforas rancias sobre huellas de pies borradas de la arena por el vaivén de las olas o el sonido de los últimos besos de dos amantes que no volverán a juntar sus bocas jamás; pero esto es solo una introducción a un pequeño poemario que no habla de nada de eso pero que al mismo tiempo trata sobre todo de todas formas.